Somos los perfectos parabatai. Protegiéndonos las espaldas sin descanso, nunca nos separarán, amigas y compañeras hasta el final.
.........................................................................................................................................................................................................................Ave Atque Vale. "For you to be my eyes when I do not have them. For you to be my hands when I cannot use my own. For you to be my heart when mine is done beating."

jueves, 8 de agosto de 2013

Portada by Bluxen para Glaekia by Huevo Frito

Hola, nephilims!
Bueno, ayer terminé una portada para una historia, y pensé: Qué mejor sitio para enseñársela al mundo que aquí.
La portada me la pidió mi parabatai para una de sus historias... bueno, más que pedírmela, fue algo así:
Clara: Parabatai, ¿me enseñas a hacer portadas como las haces tú?
Ane: ¡YO TE LA HAAAAGOOOOOOO!
Clara: ¡NO! NO HACE FALTA, YA LA HAGO YO.
Ane: QUE NOOOOO, QUE ME HACE ILUSIÓN, YO TE LA HAGO!!!!!
Clara: Jo, parabatai, qué buena eres.
Ane: No digas mentiras, leches.
El caso es: La historia se llama 'Las Crónicas de Glaekia: El enigma de las siete tormentas', y juro que lo poco que he leído me ha encantado. La portada quedó así, al final:


Bueno, espero que os guste ^^ Me costó lo mío, pero... bueno, me gustaría saber vuestra opinión, así que ¡comentad!
Ave atque vale


Las mejores canciones también se acaban.


18 de marzo de 2015.
El flequillo castaño le cae sobre la frente. Unos ojos color verde manzana recorren con nerviosismo los ejercicios del cuaderno, intentando memorizar el teorema de Pitágoras. Sus zapatillas de skater parecen moverse por sí solas, y le tiemblan las rodillas. Intenta encontrar en clase algún cuaderno ajeno en el que pueda hallar la solución a las ecuaciones que ella no ha logrado descifrar, y por casualidad, su mirada se encuentra con unos penetrantes ojos azules. Vaya, ese chico es afortunado. A él sí que se le dan bien las matemáticas, seguro que saca otro diez. Espera… ¿afortunado? ¡No! ¡Se le han olvidado las gafas! ¿Cómo puede ser? ¡Nunca se le han olvidado las gafas en un examen! Desde que esa chica de ojos verdes se sienta tan cerca de él, está realmente despistado. Se regaña a sí mismo, intentando evitar la mirada de su compañera, y justo entonces, empieza a sonar una melodía en clase. Los ojos verdes buscan en el bolsillo, ¿acaso es posible que se haya dejado el móvil encendido? Reza para que nadie se haya dado cuenta, pero entonces ve al chico de ojos azules mirándola. Está intentando reprimir una carcajada, claro, ¿quién no se reiría de ella? ¡Se ha dejado el móvil encendido! La verdad es que últimamente está atontada… Intenta apagarlo por todos los medios, pero la canción de Impossible, de James Arthur, no parece querer de dejar de sonar. Él le sonríe, tranquilizador, y murmura un: “Qué buen gusto musical tienes” en voz baja. Muy bien, ahora uno está ciego porque se le han olvidado las gafas; y a la otra casi la expulsan por dejarse el móvil encendido. Por lo menos, se han unido en un lazo que nada podrá romper.
25 de noviembre de 2017.
Otra vez sola en casa. Las lágrimas le resbalan gélidas por las mejillas. Hace menos de dos horas, su madre le ha contado lo sucedido, pero no termina de creérselo. Su vida ya no tiene sentido, no habría ninguna diferencia entre morirse ahora y seguir viviendo. ¿De qué sirven los coches, si todo siempre acaba en muertes? Muerte. La palabra pesa en su estómago como un barril, sale por sus labios, su garganta y sus ojos, y forma una nube negra que se adhiere al espejo. Ahora ve esa palabra flotando en sus pupilas cada vez que se mira. Igualmente, hace dos horas que ya no se reconoce. Rompe a llorar, abrazándose las rodillas en la cama. De pronto, su móvil empieza a sonar con el tono de Impossible. Solloza, buscándolo en el bolsillo. SU canción. Ya nunca más volverá a oírla abrazada a él. Descuelga, secándose la cara con las mangas.
-¿Sí?
-Escucha, yo…
-No hace falta que me diga nada, señora –responde, intentando no romper a llorar de nuevo. –Ya lo sé todo.
Otro suspenso en matemáticas. Él nunca podrá volver a olvidarse de sus gafas. La melodía del móvil ya se ha silenciado. Y es que las mejores canciones también se acaban.